'Que todo fluya y nada influya'
- Alicia García
- 8 sept 2018
- 2 Min. de lectura
Escribir me relaja pero no ocurre todos los días. Hay momentos en los que fluye el puño junto a un bolígrafo o los dedos teclean rápido la pantalla de mí móvil. No pienso. Solo escribo todas y cada una de las palabras que se juntan formando una frase en mí cabeza. La escritura es sentir. Sí que lo es. Forzarte a hacer algo nunca sale bien, ya lo dice la palabra. Por eso escribo cuando noto que saldrá ‘algo’ para expresar y así quién lo lea, lo sienta.
Últimamente me estoy aplicando este lema: “Que todo fluya y que nada influya”. Me lo llevo a mí terreno pero creo que en general, todo el mundo sería más feliz aplicándolo en su vida. Ya estamos suficientemente rodeados de estrés, reglas, prejuicios, mentiras; nada nuevo te contaré: sociedad en general. Realmente es una variable de "vive y deja vivir".
Cada uno tiene que aprender a vivir cómo quiera y sin presiones. Dejándose aconsejar pero actuando, finalmente, con su mente y corazón. Y es que nada sale en vano. Un fallo, un impulso y un acto, por muy mal que salga, nunca esta de más. Son lecciones de la vida. Así es como construimos nuestro camino y personalidad. Por ello, hay que hacer lo que se siente y sin manipulaciones.
Tenemos derecho a equivocarnos, a perdonar y a parar. Este último es importante para no entrar en un espiral y en un circulo tóxico (incluso con uno mismo, a veces nuestro mayor enemigo somos nosotros). Tampoco quedarse anclados en peleas del pasado. Dejar que pase el tren y respirar. A la velocidad que uno decida. Cuando sepas que debes hacerlo. ¿Cuando se sabe?. Se sabe. Todos sabemos cuando tu cuerpo dice: basta.
Se escribe y se dice fácil, ¿verdad que sí?. Sí, la teoría siempre es más sencilla que la práctica. Escribiendo esto, me doy cuenta de lo que quiero y lo que no. Me conozco un poco más y me entiendo. El miedo no tiene cabida en este cuerpo. La lucha siempre ha sido una forma de vivir la vida.
Es un texto que todos podemos aplicar en nuestra vida porque, al fin y al cabo, no somos tan diferentes y muchas veces sentimos lo mismo pero nos avergüenza decirlo. Si fuéramos más valientes, encontraríamos la felicidad con más facilidad y cerraríamos las puertas de aquello que no queremos mucho antes. Pasar las paginas de ese lastre de recuerdos del pasado para escribir nuevos capítulos del libro de tú vida. De tú historia sin fin.
